domingo, 23 de noviembre de 2008

El look

Por delante le salía la nariz chata y la barba, muy negra y muy tupida aunque corta, y por los lados y por detrás le salían las rastas. Salían con bastante comodidad, porque el gorro no era ceñido sino más bien troncocónico. Tiró de las rayas de colores hacia abajo, y como el gorro era un gorro de rayas, éstas lo arrastraron con ellas también hacia abajo hasta casi cubrirle los ojos. Echó la cabeza un poco para atrás para mirarse reflejado en la ventanilla de enfrente y debió sentirse satisfecho porque lo dejo todo tal cual estaba.
Podía ver el suelo y a la gente (porque era alto), pero no podía ver el cielo ni el futuro, porque el futuro, en todo caso, estaría enfrente de uno. En ese momento, probablemente no tendría mucha importancia. Yo tampoco podía verlo porque estábamos en el metro. Tampoco puedo ver el futuro, aunque yo no llevo gorro. Pero después sí que pude (y ahora me refiero sólo al cielo). Era un cielo muy azul y con el sol pegando de lado,bastante bajo, porque, aunque era casi mediodía, también era casi invierno.

4 comentarios:

URE dijo...

Madre mía nenu..., tienes que salir un poco más, los libros tan confundiéndote...

Anónimo dijo...

hola, ¿de dónde has sacado este texto?

Yo, Aníbal dijo...

Por el momento, salvo que diga que algo lo he sacado de tal o cual sitio, todo lo que he escrito, escribo o escribiré, lo saco del mismo sitio: De entre mis dos orejas.
No se si sentirme halagado por la desconfianza u ofendido por la desconfianza.
En todo caso espero que te guste leer mi blog. Bye

Anónimo dijo...

sientete halagado